Me recuerda una película de Akira Kurosawa
Me recuerda a cuando conocí los textos de artaud
Un lugar sólido de Elena Garro
Me recuerdo de un ejercicio de Tamara Cubas
Me recuerda a los pasillos y telones de cada teatro
Recuerda a los rituales
De cuevas que he visitado
Este fue el resultado de un ejercicio de escritura propuesto al inicio de la ponencia de Chile por la Danza. Mostraron una fotografía en blanco y negro tomada por Domingo Ulloa. El objetivo principal era generar un relato o una oración corta en primera persona a partir de la memoria que generaba la fotografía. En la fotografía se podían ver distintas máscaras del ballet La mesa verde dirigido por Kurt Jooss. Tuve la oportunidad de entrevistar a Tania Medalla Contreras, investigadora escénica, activista y Fernanda González, bailarina, coreógrafa y pedagoga, creadoras del archivo. Varios compartires se vertieron sobre la mesa: motores de búsqueda, memorias, colonización, aspectos fundamentales en la danza, pero sobre todo la certeza sobre la esencia y eclecticismo que nos atraviesan como cuerpos en tránsito.
La entrevista inició con una charla sobre su ponencia, Activaciones afectivas y situadas de las memorias de las danzas en Chile. El archivo fotográfico fue creado a partir de la premisa “las imágenes tocan”, aún más cuando la imagen se tejen con la voz de las personas a las que la imagen pertenece. El archivo se construyó a través de escuelas de estilos dancísticos que responden a ideas europeas, danza moderna y ballet. Sin embargo, allí entre las fotografías se logra ver a uno de los coreógrafos haciendo un alto para empezar a construir una danza más latinoamericano. Fernanda comenta:
Una danza más territorial, una danza más latinoamericana. Sus pilares son entender el origen: el cuerpo desde el territorio de donde se compone, hacia donde se construye; motivos de un imaginario desde donde comparto una historia. Aquellos procesos son necesarios para construir una danza consciente. Reconociendo al cuerpo cómo el primer territorio.
Tania acotó:
En Chile, últimamente se sostienen estos pensamientos decoloniales. Pensamos todo más situadamente. Estamos en relación con el territorio, con nuestro cuerpo, con el espacio, las memorias de lo andino, el vínculo con la ritualidad y con la naturaleza; aún cuándo esto le sea ajeno a los lenguajes que se consideran universales en la danza.
Aquí se empieza la arista del cambio. No solo cuestionar; saber, experimentar, conocer dentro y fuera de lo que se considera nuestro territorio, mi territorio; mirar a la terra incognita como al oasis en el desierto, no engañarse en sus espejismos.
El contexto es el territorio. El primer territorio es el cuerpo. Entonces? La territorialidad tiene potencias y diversidad, distintas identidades, en tanto contexto o deconstrucción de ese contexto. Existen márgenes para guiar y diferenciar, pero no límites. Siempre se puede procurar el entendimiento de un territorio que en principio nos es ajeno. Toma acercarse, sentir y escuchar. En mi caso, esa vena andina, la raíz de sudamérica me entrega desde lo corporal el cómo ir atendiendo escuelas distintas de danza, desde las más lejanas y ajenas, hasta las más hegemónicas. Frente a esto Tania nos pregunta, y se pregunta a sí misma:
Cómo llegan esas técnicas pensadas desde otro lugar hasta nuestro lugar? cómo se traducen o como se o se intenta reproducir?
Hace un par de días me encuentro en Ecuador. Bajando de la sierra hacia la costa, un escuadrón de militares me detuvo para revisar mi licencia. Siento escozor, hace mucho que no veía armas. Me pregunto cómo danzar desde el miedo. Transformando el miedo en libertad, concentrando la percepción en todo lo que está vivo. Jorge Gutiérrez Salazar, coreógrafo e investigador mexicano compartió su ponencia: La danza transmoderna como terreno de Resistencia. Gutiérrez comenta su exploración de la danza transmoderna como el territorio del que surgen modelos distintos de vida; distintos al capitalismo y distanciados del marxismo. Lo que Gutiérres propone es la organización y práctica de las epistemologías de los pueblos originarios dentro del terreno dancístico; generar desde esta metodología creaciones colectivas en respuesta a la actual crisis civilizatoria.
La busqueda del Sumaq Kausay, neologismo en quechua traducido como vida en plenitud o buen vivir, se ha vuelto el motor y objetivo de muchas manifestaciones sociales y artistas en Latinoamerica y America del Sur. Cristian Waman Carbo, creador de danza teatro quechua-mapuche es uno de los coreógrafos con mayor actividad en este campo. Waman compartió la investigación y sus vivencias alrededor del su último trabajo, Sumaq Kausay. Tanto en esta obra, como en las 10 que lleva en su repertorio, Waman ha procurado recuperar la técnica e interpretación ancestral de los pueblos originarios mapuches, aymaras y quechuas. La descolonización en la danza no es metáfora, es una elección y una praxis del día a día. Waman busca de este modo reactivar la memoria de los pueblos originarios para lass generaciones actuales y las que están por venir. Aún hay muchas leyendas e Historia andina por ser compartida a través de la danza.
Nunca estamos enteramente desplazados, nuestro cuerpo es como el río, cambia el su caudal y su nombre pero somos el mismo río, pero somos otro río. Este año, Dancing with Decolonisation realizó su conferencia en dos idiomas; español e inglés. Permitiendo que el causal crezca y llegue a nuevos territorios. Permitió el cruce de otra lengua, sumó un paso más para decolonizar la participación académica. Cimentó el puente invisible entre dos continentes, que no se pertenecen el uno al otro, pero que se logran comunicar a través de los lenguajes universales de la danza.
To watch Dancing with Decolonisation workshop recordings visit DCD’s YouTube.